Museo Soumaya de Polanco
Original arquitectura con miles de obras de arte El Museo Soumaya abrió sus puertas al público el 29 de Marzo, en Plaza Carso, junto a la Plaza Polanco de la ciudad de México. Es propiedad del empresario mexicano Carlos Slim y así lo denominó en honor a su esposa, ya fallecida, Soumaya Domit.
El museo es un ejemplo de originalidad, conforme a la definición del arquitecto catalán Antonio Gaudí: “La originalidad es regresar al origen”, significando que la naturaleza es el origen de todas las cosas creadas por Dios, según palabras de Joan Bassegoda Nonell. Todo esto lo traigo a colación simplemente porque el Museo Soumaya semeja, desde el exterior, un gigantesco panal estructurado por miles de hexágonos, obra del arquitecto Fernando Romero, yerno de Carlos Slim.
Ha recibido, como todas las grandes obras, miles de visitantes. Según cálculos conservadores, 3 mil visitas diarias, en promedio. Pero también, por supuesto, han llovido las críticas, sobre todo por la gran cantidad de obras tan disímbolas que saturan las 6 salas dispuestas en círculos concéntricos, que para algunos evocan los niveles del Infierno de Dante.
La sala 6 abriga bellísimas esculturas de Rodin, Dalí, Dubois y otros artistas europeos del siglo XIX y XX. La sala 5, culturas mesoamericanas y arte mexicano del siglo XX, como Siqueiros y el popular Jesús Helguera. La 4, el paisaje mexicano y europeo, además del impresionismo. La 3, antiguos maestros europeos y novohispanos. La 2, el retrato mexicano del siglo XIX. Y la sala 1, colecciones numismáticas y otros objetos. De más estaría querer precisar la enorme riqueza artística contenida en este museo. Lo que pretendemos es motivar a nuestros lectores para que lo visiten, principalmente grupos escolares. La entrada es gratuita, todos los días.
Aspecto exterior, recubierto de miles de hexágonos, simbolizando el trabajo en familia.
Al momento de ingresar al Museo, se encuentra con la gigantesca escultura de Rodin: “El Pensador”.
“La Eterna Primavera”, también de Rodin.
Contemplando el “Armario antropomórfico”, de Salvador Dalí, cuyos cajones simbolizan las muchas vertientes de la conciencia humana.
“Los Luchadores”, de Pietro Bazzanti.
“Amor Indio”, de Jesús de la Helguera. En él “todo pasó por el tamiz nacionalista de su concepción del México de ese momento, festonado por la leyenda, el mito y la fantasía erótica”, según definición de Elia Espinosa.
Original arquitectura con miles de obras de arte El Museo Soumaya abrió sus puertas al público el 29 de Marzo, en Plaza Carso, junto a la Plaza Polanco de la ciudad de México. Es propiedad del empresario mexicano Carlos Slim y así lo denominó en honor a su esposa, ya fallecida, Soumaya Domit.
El museo es un ejemplo de originalidad, conforme a la definición del arquitecto catalán Antonio Gaudí: “La originalidad es regresar al origen”, significando que la naturaleza es el origen de todas las cosas creadas por Dios, según palabras de Joan Bassegoda Nonell. Todo esto lo traigo a colación simplemente porque el Museo Soumaya semeja, desde el exterior, un gigantesco panal estructurado por miles de hexágonos, obra del arquitecto Fernando Romero, yerno de Carlos Slim.
Ha recibido, como todas las grandes obras, miles de visitantes. Según cálculos conservadores, 3 mil visitas diarias, en promedio. Pero también, por supuesto, han llovido las críticas, sobre todo por la gran cantidad de obras tan disímbolas que saturan las 6 salas dispuestas en círculos concéntricos, que para algunos evocan los niveles del Infierno de Dante.
La sala 6 abriga bellísimas esculturas de Rodin, Dalí, Dubois y otros artistas europeos del siglo XIX y XX. La sala 5, culturas mesoamericanas y arte mexicano del siglo XX, como Siqueiros y el popular Jesús Helguera. La 4, el paisaje mexicano y europeo, además del impresionismo. La 3, antiguos maestros europeos y novohispanos. La 2, el retrato mexicano del siglo XIX. Y la sala 1, colecciones numismáticas y otros objetos. De más estaría querer precisar la enorme riqueza artística contenida en este museo. Lo que pretendemos es motivar a nuestros lectores para que lo visiten, principalmente grupos escolares. La entrada es gratuita, todos los días.
Aspecto exterior, recubierto de miles de hexágonos, simbolizando el trabajo en familia.
Al momento de ingresar al Museo, se encuentra con la gigantesca escultura de Rodin: “El Pensador”.
“La Eterna Primavera”, también de Rodin.
Contemplando el “Armario antropomórfico”, de Salvador Dalí, cuyos cajones simbolizan las muchas vertientes de la conciencia humana.
“Los Luchadores”, de Pietro Bazzanti.
“Amor Indio”, de Jesús de la Helguera. En él “todo pasó por el tamiz nacionalista de su concepción del México de ese momento, festonado por la leyenda, el mito y la fantasía erótica”, según definición de Elia Espinosa.