Abusos de policías municipales: agreden con saña a niños y jóvenes, sin motivo.
Nuevamente se hicieron presentes los abusos policiales. Esta vez en la colonia San Isidro, concretamente en la avenida San Antonio 229, el sábado 15 alrededor de las 10 de la noche, donde el comandante Ramón Nájera dio rienda suelta a su furia, ante supuestos chiflidos de un jovencito menor de edad, que se encontraba jugando en un negocio de “maquinitas”, ubicado en dicho domicilio y hasta donde llegó el mencionado comandante Nájera arrollando a niños y jóvenes con malas palabras, rociando con gas los ojos de todos ellos y provocando la ceguera de uno de ellos hasta que fue rehabilitado horas después en el hospital general.
Madres de familia y vecinos de la avenida San Antonio expresan su descontento por tan nociva acción del comandante Nájera, que al atacar inexplicablemente a ese grupo de aproximadamente diez menores de edad, solicitó por medio de su radio el auxilio de otras dos patrullas, entrando arbitrariamente a la zona de viviendas privadas que se halla a un lado del negocio de “maquinitas”, golpeando a la dueña del negocio y, en el accionar de los policías dirigidos por el susodicho Nájera, alguno de esos gendarmes dejó abandonada hasta una de las gorras de policía en una de las viviendas, mientras seguían utilizando el gas contra los menores y golpeando a varios de ellos.
Tres jóvenes, en consecuencia, fueron a parar a la cárcel municipal, registrándose el hecho de que los policías totalmente enfurecidos seguían golpeando por lo menos a uno de los detenidos en el trayecto del lugar donde se originaron los acontecimientos al sitio donde fueron recluidos.
La dueña del negocio, señora María Elsa Rivas Cabrera, da su testimonio: “Todo ocurrió cuando la patrulla número 35 pasó enfrente del negocio y de repente se echó para atrás, vimos que era el comandante Nájera, que argumentaba que un muchacho le había mentado la madre y se bajó bien agresivo apuntando con metralleta, por lo que el joven señalado se metió hacia el área de viviendas particulares tratando de esconderse. Yo traté de hablar con el comandante (Nájera), pero él a mí no me tomó en cuenta y me mandó… con groserías.
“Y ya habían llegado las otras patrullas que llamó, entraron como tres elementos al local y los demás se quedaron rodeando lo que es la salida. Pasaron los policías a la zona de viviendas, armas en mano y en franca actitud amenazante, apuntando con sus armas a menores y adultos. Finalmente el comandante Nájera con otros dos policías se metieron a la fuerza a sacar al jovencito que trataba de esconderse, bajándolo de la planta alta a golpes, se oían los gritos y a mí me bloquearon el paso, diciéndome que a mí me valía madre, que él ordenaba y que él se llevaba a quien él quería.
“Ya desde ahí lo golpearon y rociaron con gas a este muchacho llamado Julio, rociando también con gas a otros muchachos. Ya me habían golpeado a mí en la espalda con la parte de atrás de su arma. Traen pura arma larga. Arrastraron a Julio (Cervantes) y a otro, de nombre Carlos, también se lo llevaron porque estaba por aquí. Dijeron “a este también” y se lo llevaron. Tratamos de impedir que se lo llevaran, pero también se lo llevaron arrastrando a golpes. Allí a todos nosotros nos rociaron también de gas, rociaron a todos los niños y jovencitos.
“A un joven llamado Daniel lo lesionaron, fue a dar al hospital, aunque se libró de ser llevado a la cárcel. No dejaban de apuntarnos con sus armas. Yo lo que hice, entonces, fue meternos al local y bajar la cortina y la puerta de la entrada, pero aún así patearon la cortina causándole daños. Parecía que iban a agarrar asesinos o narcotraficantes”,
(versión completa en edición impresa La Antorcha 120, 29 de agosto 2009)
Madres de familia y vecinos de la avenida San Antonio expresan su descontento por tan nociva acción del comandante Nájera, que al atacar inexplicablemente a ese grupo de aproximadamente diez menores de edad, solicitó por medio de su radio el auxilio de otras dos patrullas, entrando arbitrariamente a la zona de viviendas privadas que se halla a un lado del negocio de “maquinitas”, golpeando a la dueña del negocio y, en el accionar de los policías dirigidos por el susodicho Nájera, alguno de esos gendarmes dejó abandonada hasta una de las gorras de policía en una de las viviendas, mientras seguían utilizando el gas contra los menores y golpeando a varios de ellos.
Tres jóvenes, en consecuencia, fueron a parar a la cárcel municipal, registrándose el hecho de que los policías totalmente enfurecidos seguían golpeando por lo menos a uno de los detenidos en el trayecto del lugar donde se originaron los acontecimientos al sitio donde fueron recluidos.
La dueña del negocio, señora María Elsa Rivas Cabrera, da su testimonio: “Todo ocurrió cuando la patrulla número 35 pasó enfrente del negocio y de repente se echó para atrás, vimos que era el comandante Nájera, que argumentaba que un muchacho le había mentado la madre y se bajó bien agresivo apuntando con metralleta, por lo que el joven señalado se metió hacia el área de viviendas particulares tratando de esconderse. Yo traté de hablar con el comandante (Nájera), pero él a mí no me tomó en cuenta y me mandó… con groserías.
“Y ya habían llegado las otras patrullas que llamó, entraron como tres elementos al local y los demás se quedaron rodeando lo que es la salida. Pasaron los policías a la zona de viviendas, armas en mano y en franca actitud amenazante, apuntando con sus armas a menores y adultos. Finalmente el comandante Nájera con otros dos policías se metieron a la fuerza a sacar al jovencito que trataba de esconderse, bajándolo de la planta alta a golpes, se oían los gritos y a mí me bloquearon el paso, diciéndome que a mí me valía madre, que él ordenaba y que él se llevaba a quien él quería.
“Ya desde ahí lo golpearon y rociaron con gas a este muchacho llamado Julio, rociando también con gas a otros muchachos. Ya me habían golpeado a mí en la espalda con la parte de atrás de su arma. Traen pura arma larga. Arrastraron a Julio (Cervantes) y a otro, de nombre Carlos, también se lo llevaron porque estaba por aquí. Dijeron “a este también” y se lo llevaron. Tratamos de impedir que se lo llevaran, pero también se lo llevaron arrastrando a golpes. Allí a todos nosotros nos rociaron también de gas, rociaron a todos los niños y jovencitos.
“A un joven llamado Daniel lo lesionaron, fue a dar al hospital, aunque se libró de ser llevado a la cárcel. No dejaban de apuntarnos con sus armas. Yo lo que hice, entonces, fue meternos al local y bajar la cortina y la puerta de la entrada, pero aún así patearon la cortina causándole daños. Parecía que iban a agarrar asesinos o narcotraficantes”,
(versión completa en edición impresa La Antorcha 120, 29 de agosto 2009)
La Oficial Mayor de la presidencia, María Luisa Arriola, con personal representativo del próximo gobierno municipal, el delegado de la SEG y oficiales del ejército, en conversaciones para planificar los eventos del 22 de Octubre. El delegado de la Secretaría de Educación, Juan Badillo, solicitó la elaboración de un tríptico destinado principalmente a la población estudiantil para dar a conocer los hechos históricos del 22 de Octubre de 1810, fecha en que fue nombrado Generalísimo del Ejército Insurgente Don Miguel Hidalgo y Costilla.
El Dr. Eliseo Herrera manifestó primeramente su escepticismo, pero dice estar muy molesto por la mala imagen del centro de la ciudad a causa del ambulantaje y la incapacidad de Tránsito Municipal, diciendo que los agentes son unos ignorantes que no tienen primaria, pero consiguen chamba, “importándoles un comino” las anomalías en ese rubro. Sus deseos los centra en mejores servicios, para presentar una mejor imagen a los visitantes. Dice que lo peor es que estén ocurriendo asaltos en pleno centro y queden impunes, sin que le importe esto a nuestra policía municipal, “no atienden la queja ciudadana”.
El señor Javier Moreno desea que el próximo gobierno municipal sea más transparente en el uso de los recursos y en la calidad de las obras. Afirma que es necesario que se note que no hay corrupción, que es una plaga que hay que erradicar. Clama por la honestidad en todos los actos de gobierno.
El señor Noel Moreno afirma que su deseo y al mismo tiempo su pronóstico personal es que el próximo gobierno trabaje mejor que los últimos dos trienios, con más trabajo, honestidad y mejor administración. Y que se lleven obras a donde más se necesiten, viendo un Acámbaro progresista, como lo hemos esperado durante mucho tiempo.
El señor Fernando Castro asegura que su deseo es que se evite la improvisación y que se gobierne conforme a un plan de desarrollo integral, a corto, mediano y largo plazo. Que se active el potencial turístico de la población acambarense, aprovechando nuestra historia, nuestros monumentos y nuestras bellezas naturales.
El Lic. José Narváez Mancera, expresa sus deseos acerca del próximo gobierno municipal, pronunciándose por una mayor eficiencia administrativa y honestidad. “Que se acabe el diezmo”, afirma pero luego corrige: “El diezmo ya se acabó porque antes por toda obra pública daban el 10 por ciento, ahora subió al 15 por ciento”. En otras palabras, que prive la honestidad y la eficiencia.