¡Engaño Colosal!
Nunca ha habido un proyecto ejecutivo de Recinto Ferial

Ahora sabemos la verdad. Acámbaro y la región fue objeto de un colosal engaño por parte de la administración municipal anterior, que presidió César Larrondo. Es decir, no ha existido ni existe ningún proyecto ejecutivo del Recinto Ferial. Todo se maquinó únicamente como un conjunto de buenas o malas ideas e incluso como imágenes virtuales, pero jamás hubo un proyecto arquitectónico serio que considerase las distintas áreas del supuesto Recinto Ferial, construyendo solamente el área de taquillas.
Lo anterior se desprende de las declaraciones del presidente Gerardo Silva Campos que sostiene que no ha existido ningún proyecto del Recinto Ferial. Todo lo cual indica que simplemente existió una idea que como tal no puede generar las cuantiosas inversiones que se requieren por parte del estado para la infraestructura correspondiente.
Lo único que ocurrió, evidentemente, fue que se buscó a toda costa justificar la multimillonaria suma que se tomó del erario municipal para pagar las doce hectáreas que se compraron, en 16 millones de pesos, con el agravante de que ni siquiera existe un proyecto que garantice la aplicación de inversiones públicas en ese terreno que únicamente es utilizado durante la feria del 4 de Julio, quedando sin ningún uso el resto del año.
Acámbaro no puede darse el lujo de tener terrenos inservibles, comprados por las dos administraciones municipales anteriores, ya que también en el gobierno de Novoa se compraron varios predios para un boulevard comercial que ha sido desechado, mostrando así que las mentes calenturientas y ambiciosas de gobernantes anteriores sólo han servido para quebrantar seriamente la economía del municipio. Causa por la que los acambarenses estamos pagando todavía gran parte dela deuda de alrededor de 20 millones de pesos a Banobras.
Urge, pues, implementar proyectos que den viabilidad a esos terrenos que nos dijeron que eran para construir un Recinto Ferial. O de plano venderlos, si es que hay algún particular que se anime a comprarlos a un buen precio, ya que, después de todo, se ha beneficiado con la plusvalía generada por la construcción del Hospital General, que se ubica a un lado de dichos terrenos.
En fin, lo que importa es que sean bien utilizados todos los terrenos municipales, en proyectos deportivos, comerciales o culturales de cualquier tipo, pero dejar de estarse viendo el ombligo, pues lo que menos necesita Acámbaro son actitudes contemplativas o de lamento. Hay que actuar con prontitud.