VOX POPULI.- Por: Juan Pueblo
Es la hora de congruencias y lealtades, no traiciones ni deslealtades.
Cada quien a lo suyo. Ésta parece una frase simple, pero contiene la esencia funcional de cualquier equipo o, más aún, de cualquier sistema. Naturalmente, no compartimos en su totalidad las tesis del estructural funcionalismo, pues debemos recordar que los elementos, factores o agentes de un organismo interactúan, se interrelacionan e incluso son interdependientes. Bueno, dejemos estas digresiones teóricas y vayamos al meollo del asunto.
Todo esto viene a cuento porque últimamente se han sucedido una serie de cambios en las direcciones administrativas y otros cargos de confianza del municipio de Acámbaro, entre los cuales se halla Fiscalización y Reglamentos, donde Julio Piña asumió la dirección en lugar de Arturo Martínez Silva, quien pasó a responsabilizarse del Parque Vehicular. También está pendiente todavía el nombramiento de Director de Desarrollo Económico Municipal, ya que su último titular, Juan Ramón García, pasó a ocupar el cargo de Secretario Particular del Presidente Municipal, aunque nuestras fuentes siguen asegurando que el titular de Economía será Gabriel Alanís.
Bueno, pero otras importantes áreas siguen inamovibles, como el de Director de Seguridad Pública, Pedro Gutiérrez, que desempeña también el cargo de Coordinador de Policía, cuando menos de nombre, porque en realidad ha demostrado innumerables ineficiencias e ineptitudes, con terribles vacíos de autoridad, incurriendo al mismo tiempo en la desatención reiterada de sus funciones.
A todo esto se añade la reciente aprobación del Plan de Gobierno Municipal, el 18 de Mayo, en una sesión de ayuntamiento a la que no fue invitada la prensa local ni la regional, pero donde se sabe que ninguno de los grupos de regidores, ni los perredistas ni los panistas ni los otros que son del Verde, del PRI y del PT, hicieron aportación alguna, con una ausencia informativa no sólo a la sociedad sino también a sus correspondientes partidos, ignorando la letra de la Constitución General, que en su artículo 6º establece el derecho a la información.
Estas anomalías al interior del ayuntamiento pluripartidista de Acámbaro ocurre tanto por ignorancia como por el papel comodino que así conviene a cada uno de los grupos de regidores, siendo notoria la debilidad de carácter y falta de tamaños, aunado a su incapacidad, que los ha llevado a evitar deliberaciones reales al interior del ayuntamiento, adoptando el simple papel de “levantadedos” en algunos casos o negatividades absurdas carentes de argumentos.
Por el momento, no extendemos este análisis a otras áreas del gobierno municipal, pero queda perfectamente claro que también varios de los funcionarios no han correspondido a la confianza que les ha depositado el presidente Gerardo Silva, pues algunos de ellos consideran que el cargo no se lo deben a él sino acaso a determinado cacique o a tal o cual corriente política.
No obstante, estas deslealtades al presidente municipal están por debajo de una mayor gravedad que implican las deslealtades y traiciones a la voluntad del electorado. Al olvidarse de los postulados de la democracia y de los principios con que alimentaron sus campañas, están traicionando al pueblo acambarense.
Además, lo que Acámbaro necesita, no es que dos o tres vivales se quieran adelantar a los tiempos electorales con miras al 2012, sino un cumplimiento cabal, honesto y responsable de sus funciones. ¿O no?