El asesinato de Troncoso, que sirva para rediseñar el sistema de Seguridad Pública de Acámbaro.

El asesinato de Juan Joel Ruiz Troncoso, quien se desempeñó como director de Seguridad Pública de Acámbaro y, posteriormente, también en Salvatierra, ocurrido el día 19, a plena luz del día, alrededor de las 13:30 horas, cuando se hallaba en compañía de una antigua colaboradora en la Fuente de Sodas “El Chantilly”, viene a poner en evidencia, por las circunstancias en que ocurrió el homicidio, que en esta ciudad la vigilancia es nula, sin ninguna capacidad de reacción, pero sobre todo sin ninguna señal de prevención.
Todo esto amerita una revisión urgente de los cuerpos policiales municipal, estatal y federal, además del ejército, para implementar estrategias adecuadas a las características de la ciudad de Acámbaro, imponiéndose en primer lugar una efectiva coordinación y una clara definición de las tareas que corresponde a cada una de las corporaciones.
Allí mismo, donde fue acribillado a balazos el hoy occiso Ruiz Troncoso, han ocurrido ya toda una serie de reyertas y pleitos entre diferentes grupos de vándalos, pero todo ello no ha sido suficiente para asignar, por lo menos, la vigilancia eficaz y permanente de esa zona. Y es que detrás de todas esas ineficiencias e ineptitudes de las policías, en realidad se ve un desprecio hacia la ciudadanía, lo que a cada momento se constata al observar a la mayoría de patrulleros que se conducen sin ninguna cortesía para con amas de casa, ancianos, niños y personas en general. Lamentamos profundamente este asesinato, pero también deploramos otros muchos crímenes que han ocurrido, en que las víctimas han sido otras personas, desgraciadamente jóvenes varias de ellas, dentro de un contexto y en escenarios de la vida nocturna de Acámbaro, que rebasa lo permitido por la ley y se mantiene en la más completa anarquía, ante la complacencia de autoridades corruptas. Y esto sin contar los múltiples robos y asaltos a negocios comerciales, casas-habitación y automóviles, por ejemplo.
Es la hora de revisar cuántas patrullas municipales y demás vehículos oficiales no están equipados con GPS (Sistema de Posicionamiento Satelital), ya que, sin ese dispositivo, se restringe y disminuye la eficacia del sistema de emergencias 066, que además debe operar con una sectorización que, en el caso de Acámbaro, es inexistente. Por eso, los patrulleros se dan el lujo de visitar las tienditas o expendios de droga, se paran en cualquier lugar a chachalaquear con damas distinguidas en horas de trabajo, jamás dan el paso a los transeúntes ni tienen la más mínima atención a la gente. Y algunos oficiales siguen muy orondos desempeñándose en la corporación, a pesar de haber sido señalados por sus abusos en contra de mujeres y niños.
Muchos millones de pesos se han gastado en adquirir patrullas, en capacitación de nuevas generaciones de policías, en infraestructura y exámenes de confiabilidad a todo el personal de seguridad, pero todo esto ha sido insuficiente porque los mandos han sido ineficaces. Hay que señalar que a varios cadetes recién egresados de Cefopol se les ha tenido trabajando sin ningún sueldo, suscitando con ello una natural inconformidad y resentimiento, que, por supuesto, afecta gravemente su labor.
Por lo tanto, es el momento de un golpe de timón y que personalmente el presidente municipal se ocupe de disciplinar y reorganizar a la policía preventiva. Una vez depurada esta corporación, será necesario designar a un director de Seguridad con autoridad plena. Incluso, de ser posible, uno para cada turno.
Y, por supuesto, ningún Plan puede tener éxito si no cuenta con el apoyo y la participación ciudadana. Pero ni siguiera sabemos en qué consiste el Plan de Seguridad Municipal. Ha llegado también la hora de una más efectiva comunicación social.