A tres años de la muerte de Juan Camilo Mouriño, fallece Francisco Blake. 
Juan Camilo Mouriño, siendo secretario de Gobernación, murió el 4 de noviembre de 2008, a las 18:39 horas, al desplomarse el avión en que viajaba de San Luis Potosí a la ciudad de México, en las Lomas de Chapultepec. Aquí se observa a Mouriño con Arcadio Echeverría Lanz, su amigo de la infancia y secretario particular, que también murió en el mismo accidente, al igual que José Luis Santiago Vasconcelos, secretario técnico de Reformas en Materia de Seguridad; Miguel Monterrubio, vocero de la SEGOB; Norma Díaz, directora de Información; el capitán, Julio César Ramírez; el copiloto, Álvaro Sánchez, y la sobrecargo, Giselle Carrillo.
El hecho ocurrió tres años después de que el secretario de Seguridad Pública, Ramón Martín Huerta, el 22 de septiembre de 2005, murió también al desplomarse el helicóptero en que viajaba, junto con ocho acompañantes.
Y ahora, a poco más de tres años de la muerte de Mouriño, muere también Francisco Blake Mora, quien se desempeñaba igualmente en calidad de secretario de Gobernación, en circunstancias semejantes, este 11 de noviembre de 2011, cuando viajaba con otras siete personas a la ciudad de Cuernavaca, en un helicóptero Súper Puma de la Fuerza Área Mexicana TP-06, que se desplomó inexplicablemente, aunque ya se efectúan las investigaciones correspondientes considerando todos los indicios técnicos, ambientales y humanos, según lo expuesto por el secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez Jácome.
No obstante, ante lo reiterativo de los hechos mencionados, se han desatado especulaciones periodísticas y de toda índole en torno a sus verdaderas causas. Sobre todo llama la atención que a las 8:45 de la mañana despegó el helicóptero del Campo Marte y diez minutos después, es decir, a las 8:55 horas, desapareció de los radares, pero fue hasta las 9:30, momento en que se reportó que no había llegado a su destino, cuando apenas se dieron a la tarea de la búsqueda, localizando así los restos de la aeronave y los cadáveres, a las 11:00 horas en un paraje entre Chalco, estado de México, y Milpa Alta, Distrito Federal.
Otros de los cuestionamientos han sido en referencia a la nubosidad de la zona del desastre, por qué no la sobrevoló el helicóptero, con todas las características técnicas para realizar fácilmente ese tipo de maniobras. Asimismo se ha planteado por qué razón siguió una ruta distinta a la habitual.
Juan Camilo Mouriño, siendo secretario de Gobernación, murió el 4 de noviembre de 2008, a las 18:39 horas, al desplomarse el avión en que viajaba de San Luis Potosí a la ciudad de México, en las Lomas de Chapultepec. Aquí se observa a Mouriño con Arcadio Echeverría Lanz, su amigo de la infancia y secretario particular, que también murió en el mismo accidente, al igual que José Luis Santiago Vasconcelos, secretario técnico de Reformas en Materia de Seguridad; Miguel Monterrubio, vocero de la SEGOB; Norma Díaz, directora de Información; el capitán, Julio César Ramírez; el copiloto, Álvaro Sánchez, y la sobrecargo, Giselle Carrillo.El hecho ocurrió tres años después de que el secretario de Seguridad Pública, Ramón Martín Huerta, el 22 de septiembre de 2005, murió también al desplomarse el helicóptero en que viajaba, junto con ocho acompañantes.
Y ahora, a poco más de tres años de la muerte de Mouriño, muere también Francisco Blake Mora, quien se desempeñaba igualmente en calidad de secretario de Gobernación, en circunstancias semejantes, este 11 de noviembre de 2011, cuando viajaba con otras siete personas a la ciudad de Cuernavaca, en un helicóptero Súper Puma de la Fuerza Área Mexicana TP-06, que se desplomó inexplicablemente, aunque ya se efectúan las investigaciones correspondientes considerando todos los indicios técnicos, ambientales y humanos, según lo expuesto por el secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez Jácome.No obstante, ante lo reiterativo de los hechos mencionados, se han desatado especulaciones periodísticas y de toda índole en torno a sus verdaderas causas. Sobre todo llama la atención que a las 8:45 de la mañana despegó el helicóptero del Campo Marte y diez minutos después, es decir, a las 8:55 horas, desapareció de los radares, pero fue hasta las 9:30, momento en que se reportó que no había llegado a su destino, cuando apenas se dieron a la tarea de la búsqueda, localizando así los restos de la aeronave y los cadáveres, a las 11:00 horas en un paraje entre Chalco, estado de México, y Milpa Alta, Distrito Federal.
Otros de los cuestionamientos han sido en referencia a la nubosidad de la zona del desastre, por qué no la sobrevoló el helicóptero, con todas las características técnicas para realizar fácilmente ese tipo de maniobras. Asimismo se ha planteado por qué razón siguió una ruta distinta a la habitual.
Quiero simplemente plasmar mi muy personal forma de ver las cosas respecto a estos hechos que vuelven a dejar, por segunda ocasión, a Felipe Calderón sin secretario de gobernación.
ResponderEliminarA la fecha, seguimos los mexicanos sin saber en realidad cuales fueron las causas del desplome del avión en que viajaba Juan Camilo hac tres años, pero hay datos que se han filtrado a través de algunos cables en el sentido de que puedo haber sido derribado con algún tipo de misil.
Dejemos también en claro que, por una coyuntura electoral, ahora resulta que tanto Obama como Calderón han decidido emprender la captura del Chapo Guzmán, el capo del narcotráfico más poderoso del mundo, según lo ha enlistado hasta la mismísima revista Forbes; entonces, alguien podría ser tan ingenuo para pensar que dicha captura o intento de captura se dará así nomás, de manera tersa? Yo creo que el Chapo está donde está gracias al nivel de infiltración que ha conseguido a través de los años en las más altas esferas de los gobiernos en México.
Por otro lado, causa terror el pensar que haya quien pueda llegar hasta el mismo secretario de gobernación, porque entonces nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes, qué tan expuestos estamos ante esta inseguridad y criminalidad que hoy por hoy sigue extendiéndose gracias a la miopía de Calderón que piensa que lo único que no puede permitirse es exharse para atrás en su burda guerra que a diario cobra vidas por todo el pais.