El regreso de André Rieu con resonante éxito.
El regreso del músico holandés André Rieu y su Orquesta a nuestro país, durante los días 8, 9, 10 y 11 de Octubre en el Auditorio Nacional, más otras dos fechas en Guadalajara y un día en Monterrey, ha sido caracterizado por un resonante éxito.Los doce mil asistentes a cada función, en el Auditorio Nacional, aplaudimos las magistrales ejecuciones, con su peculiar estilo desprovisto de cualquier solemnidad y que propicia las espontáneas manifestaciones del público, palmeando al ritmo de las piezas musicales, que van desde los conocidos valses de Sangre Vienesa, Rosas del Sur, Danubio azul, en especial este último en que una gran cantidad de parejas se levantan a bailar con toda la alegría que se desborda desde la misma orquesta, formada por hombres de riguroso smoking y mujeres vestidas con una variedad de vistosos colores. Verdaderos virtuosos en los violines, los violoncelos, las trompetas, el trombón, el piano, la batería, el oboe, los flautines, la gaita y, en fin, un conjunto de armoniosas voces corales.
A lo largo de todo esto se van intercalando las actuaciones que emocionan e impactan a la concurrencia con la interpretación de arias como la de Puccini, Nessum Dorma, o cantos populares como Amigos para Siempre y una infinidad de melodías italianas, a cargo de tres tenores y tres sopranos. Ellos procedentes de Australia, Hungría y Alemania; ellas de Sudáfrica, de Australia y, orgullosamente de Brasil, Carmen Monarca.
Ya con el público incontenible, que exige más y más a un André Rieu dispuesto a complacerlo y que califica al mexicano como el mejor público del mundo, da paso a la música popular mexicana, que inicia con Cielito Lindo y culmina con el Jarabe Tapatío, entre muchas otras de diversos orígenes.
Ojalá sigan sucediéndose por lo menos cada año las giras de André Rieu en nuestro país, para seguir teniendo oportunidad de disfrutar de sus conciertos, que están a la altura de los mejores del mundo. Sin duda alguna.
Por cierto, la periodista Lolita Ayala, a quien saludamos en el Auditorio Nacional, envía un saludo afectuoso a los acambarenses.