Aunque la máquina de vapor 295, construida en 1942, se perdió, es decir, se desconoce su paradero actual suponiendo que tal vez fue a dar en algún “deshuesadero”, la 296, construida también en Acámbaro el 10 de Junio de 1944, se exhibe en los patios de la estación, recién pintada gracias a la colaboración del ayuntamiento y de la señora Imazul Merino, causando el orgullo de aquellos ferrocarrileros que ven la construcción de esas máquinas como una proeza de la tecnología y habilidad de quienes laboraban en los antiguos talleres de ferrocarril de Acámbaro.
Además de José Luis Medina en la presidencia de la Asociación “Amigos del Ferrocarril de Acámbaro”, en la secretaría se halla la Profra. Irma Domínguez Hernández, en la tesorería Gabriel Nieto Colorado y, en la asesoría jurídica, los abogados Jaime García de Alba y José Narváez. El señor Daniel Reynard está a cargo de la dirección del Museo, siempre contando con la colaboración de varios de los asociados como Miguel Ramírez González, Agustín Martínez Chávez y Rubén Chagollán Chávez, entre otros.
Cabe mencionar que muchos de los ferrocarrileros, hoy retirados del servicio activo, utilizan en diversas formas las destrezas y habilidades aprendidas en la empresa ferroviaria, como es el caso del señor Agustín Martínez Chávez, quien con artículos de desecho produjo una copia fiel, a escala, de la Máquina 296, la famosa “Fidelita”. En forma semejante, existen muchas personas que han transmitido sus habilidades a las nuevas generaciones.
(Versión íntegra en Edición Especial impresa, 17 de Junio de 2009)
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