TRIBUNA.-

LA DISYUNTIVA

Por: Iván Orozco

Hace algunos días el Maestro y reconocido periodista Miguel Ángel Granados Chapa, en su columna “Plaza Pública”, refirió: “…más que la valentía al gobernar una república es preferible la generosidad para reconocer el valer de los diversos, de los distintos, de los otros”.
Cuántos conceptos envuelve esa breve frase. Inteligencia, tolerancia, aptitud, actitud, voluntad política, sentido común y muchos más.
Exactamente lo mismo que Granados Chapa expone a manera de ideal condensado, es lo que cualquier sociedad debe exigir a sus gobernantes y, de manera especial, a sus presidentes municipales. Porque entendiendo la vital importancia que ostenta dicho puesto público -por ser el primer nivel u orden de gobierno en el que se concentran las peticiones y se percibe con inmediatez el cúmulo de necesidades y demandas sociales-, es que deviene también en el más vulnerable, en el blanco más endeble y por tanto, el más corruptible.
Porque del ejecutivo municipal depende en gran medida el desarrollo específico de núcleos sociales básicos, desde la familia hasta la ciudad, pasando por las zonas rurales y las colonias, es que debemos volvernos más exigentes y más participativos en la medida de lo posible, en la medida en que la ley lo determine y a pesar de ideologías y de posturas políticas que pudiesen entorpecer este proceso social.
Y ahora que tan de moda está entre algunos candidatos el rehuir a los compromisos porque dicen “no solo el gobierno, sino juntos con la sociedad es que debemos asumir compromisos”; pues entonces que dicha participación social se traduzca en mandatos efectivos a través de organismos constituidos para tal cosa, como consejos consultivos, comités ciudadanos, etcétera.
Ahora bien, tenemos claro que es precisamente el municipio el ente económicamente más desprotegido en la pirámide de nuestro federalismo, porque los recursos financieros siempre serán limitados ante las demandas crecientes y la poca capacidad gestora de nuestros gobernantes.

(Texto íntegro del artículo en Edición Especial de LA ANTORCHA de fecha 17 de Junio de 2009)