Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato
Asistencia heterogénea disfrutó a plenitud del concierto sinfónico El Templo de San Francisco se constituyó en inmejorable recinto del Concierto de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, que con música de compositores mexicanos atrajo a cientos de personas que disfrutaron de una noche que, sin duda, habrá de quedar entre los mejores sucesos artísticos de la ciudad de Acámbaro, con la presencia del presidente municipal Gerardo Silva Campos, quien al final entregó un merecido reconocimiento al director huésped, Félix Carrasco. Gente de todas las condiciones socioeconómicas acudió al concierto sinfónico, en una mezcla multicolor y sin poses ni aires de infladas solemnidades. Todos escuchando, atentos y embelesados, las notas musicales , lo mismo de la Balada del Venado y la Luna, en sus cuatro movimientos, de Carlos Jiménez, que los exquisitos acordes del Violín de la vienesa Ingeborg Kofler, solista en las piezas musicales de Mario Kuri, Gustavo Campa y Silvestre Revueltas.
La imagen de la Virgen del Refugio y la de San Francisco, con los grandes candiles encendidos, quiérase que no, daban una especial ambientación de profundidad mística, respirando tranquilidad y paz con la música maravillosa de Paulino Paredes, apacible y alegre, en una interminable sucesión de escalas rítmicas, con una sonoridad fuera de serie. Y muchos nos preguntábamos porqué los padres de la parroquia no asistieron.
Y así prosiguió el concierto, para terminar con música de Miguel Bernal Jiménez y Eduardo Hernández Moncada, dando paso a la entrega del reconocimiento al director Félix Carrasco Córdoba, que se veía sumamente conmovido por la excelente respuesta del público acambarense, cuyos aplausos resonaron en el templo parroquial de manera entusiasta y prolongada.
En los momentos previos al concierto, Félix Carrasco habló brevemente para LA ANTORCHA: “Fui director titular de la Orquesta Sinfónica de Nuevo León, durante 20 años”. Nos dice que es originario del estado de Sonora y que es egresado de la Universidad de la Música de Viena. Actualmente dirige la Orquesta Sinfónica del Estado de México y fue el maestro Enrique Bátiz, director huésped permanente de la Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, quien le hizo la invitación para que dirigiera el concierto en Acámbaro, ciudad que por primera vez visita produciéndole una magnífica impresión.