A LOS NUEVOS OBISPOS: FIDELIDAD, PRUDENCIA, BONDAD.
CIUDAD DEL VATICANO, 12 SEP 2009 (VIS).-El Santo Padre confirió la ordenación episcopal esta mañana en la basílica vaticana a cinco sacerdotes que han trabajado en la secretaría de Estado, en la Congregación para la Doctrina de la Fe y en la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.
El Papa explicó que en la última semana de su vida, en Jerusalén, Jesús (...) reveló tres características del servicio en el modo justo, en las que se concreta la imagen del ministerio sacerdotal.
"La primera característica que el Señor exige al siervo es la fidelidad".
El Santo Padre subrayó que "las cosas en la sociedad civil, y a menudo, también en la Iglesia, sufren porque a muchos de los que se les ha confiado una responsabilidad, trabajan para sí mismos y no para la comunidad”.
La segunda característica es la prudencia, "algo muy diverso de la astucia", subrayó el Papa. La primera de las virtudes cardinales "indica el primado de la verdad que mediante la prudencia se transforma en nuestro criterio de actuación. La prudencia requiere una razón humilde, disciplinada y vigilante, que no se deja encandilar por prejuicios; no juzga según deseos y pasiones, sino que busca la verdad, aunque sea incómoda".
“De esa forma nos convertimos en hombres realmente razonables que juzgan basándose en el conjunto y no en los detalles casuales".
La tercera característica es la bondad. "Bueno, en sentido completo -explicó el Santo Padre- es solamente Dios. Él es el Bien, lo Bueno, la Bondad en persona". En el ser humano "ser bueno se basa necesariamente en una profunda orientación interior hacia Dios. (...) La bondad presupone sobre todo una comunión viva con Dios, una creciente unión interior con Él".