AÑO NUEVO, CARESTÍA Y POBREZA. Por: Iván Orozco.
La llegada de un nuevo año en nuestro calendario es la representación de una nueva puerta, una nueva ventana y la llegada de nuevas metas y esperanzas. El robustecimiento de nuestro espíritu también debe llegar cada vez que inicia un año.
En México hemos recibido el 2010 –del que hemos vivido apenas escasos días- en medio de una severa crisis económica que no concluye, al contrario, tiende a recrudecerse y a impactar de manera más directa a las familias de clase media y baja.
Despertamos el primero de enero con nuevos impuestos y con incrementos en los ya existentes; también subieron las gasolinas, con todo lo que ello implica, y ahora más que nunca se resienten los efectos de una inflación que parece incontenible.
Los partidos políticos tratan de capitalizar y juegan burdamente con los temas económicos, pero desde lejos, muy distantes y ajenos a la realidad que se padece ya no sólo en las comunidades y familias más marginadas del país, sino en las clases medias, entre los profesionistas, empleados y micro empresarios que siguen notando una disminución sustancial en su poder adquisitivo; ir de compras representa tener que prescindir de satisfactores a los que anteriormente se podía acceder con los ingresos familiares porque hoy la carestía es evidente.
La pobreza en nuestro país ha crecido. Prueba de ello es el casi ridículo listado elaborado por instancias del gobierno federal hace algunos años, en los que se daba cuenta de los “100 municipios con mayor índice de marginación a nivel nacional” (es decir, con mayor grado de pobreza integral), el cual tuvo que incrementarse a 150 municipios que hoy aparecen en ese concentrado, la gran mayoría de ellos pertenecientes a los estados de Oaxaca, Guerrero y Chiapas.
Sin embargo, datos que han arrojado estudios serios y con información de campo precisa, indican que son muchísimos más los municipios que se encuentran en dicha situación de extrema pobreza: alimentaria, educativa, en materia de infraestructura básica, en materia de servicios, incluidos los servicios de salud, entre otros aspectos esenciales para el desarrollo humano.
Pero lo más preocupante de la situación que cientos y cientos de comunidades –sobre todo indígenas- enfrentan hoy día tiene que ver con el sometimiento y la sumisión que sufren por parte de malos gobiernos, partidos políticos, caciques y grupos de choque que se confabulan para seguir controlando el poder político y económico de los municipios, y a su vez asegurar la permanencia en el poder estatal.
Este año habrá elecciones en diez entidades, entre las que se encuentra Oaxaca; allí habrá de elegirse al gobernador del estado y se renovarán nada menos que los 570 ayuntamientos de municipios que son los que integran el estado. Oaxaca es la entidad federativa con el mayor número de municipios en el país.
Las elecciones son una oportunidad para echar a andar todo el aparato oficial que aplicará recursos innumerables a fin de obtener y cooptar la voluntad de los ciudadanos.
A través de delegados regionales de gobierno (una especie de representantes políticos del gobernador y su partido) se hacen llegar múltiples “apoyos” para la gente pobre: hojas de lámina para techumbres, bultos de cemento, despensas y hasta dinero en efectivo; ello, a través de presidentes municipales afines o a través de caciques que aprovechan su poder económico para presionar a las familias a “alinearse”. Para situaciones de adversidad existen los grupos de choque, que no son otra cosa más que grupos violentos (en su mayoría armados) que sacan provecho del temor de la ciudadanía para imponer la voluntad oficial.
Resulta muy fácil lucrar con la pobreza. Ello explica los famosos “carros completos” que en muchas elecciones se lleva determinado partido político.
Creemos que los cambios deben darse “desde abajo”, como lo ha dicho una y otra vez Andrés Manuel López Obrador, es decir, con procesos que la misma sociedad impulse sin esperar el apoyo de nadie más.
Este 2010 es un año de oportunidades, pero también de retos y dificultades. Ojalá que esta sociedad mexicana comience a demostrar que tiene ya la madurez política para de una vez por todas acabar con el monopolio del poder político que ostentan los partidos en perjuicio de millones de personas.
¡Feliz Año Nuevo 2010!