Entrevista al arzobispo Suárez Inda
“Con educación y mayor justicia, podrá resolverse el problema del Crimen Organizado”

“Todo México sufre los embates del Crimen Organizado”, afirma el arzobispo de la arquidiócesis de Morelia, Alberto Suárez Inda, entrevistado por La Antorcha después de haber celebrado la Misa Pontifical con que fue conmemorado el 64 Aniversario de la Coronación de la Virgen del Refugio, el viernes 8 de enero.
Suárez Inda reconoce que el problema del Crimen Organizado presenta dimensiones especiales en algunas entidades como Michoacán y otras, pero afirma con plena convicción: “Aunque es algo muy lamentable, pienso que se puede superar con la educación de las nuevas generaciones, con una mayor justicia para que se quite del corazón de los jóvenes esa tentación de conseguir el dinero por caminos equivocados. Y que haya oportunidad de trabajo. Yo creo que la paz se encontrará en la justicia”.
Reflexiona y claramente concentrado, el arzobispo prosigue: “Sufrimos todos con las familias que son víctimas de extorsiones, de secuestros, de crímenes terribles. Yo creo que debemos ser sensibles ante esto. El pueblo cristiano no puede ser indiferente”.
Y añade con sinceridad: “Como obispo, muchas veces experimento la impotencia, ante estos acontecimientos que están muy en contra de lo que debería de ser nuestra sociedad, como una verdadera sociedad fraterna de respeto a la vida y de oportunidad para todos”.
Hacemos notar al arzobispo Suárez Inda la complacencia o indiferencia de una parte del tejido social, a lo cual manifiesta: “Yo invito a que todos seamos corresponsables, que todos colaboremos para reconstruir ese tejido social en un plan de respeto a la vida, sobre todo por que es el bien más sagrado que tenemos”.
Reafirma: “Hago un llamado a que haya una conversión de aquellos que desgraciadamente están lejos del plan de Dios”.
Y planteamos, con todo este contexto, cuál es la situación en que se encuentra el tema de las Vocaciones Sacerdotales. “Mira, gracias a Dios que no nos faltan jóvenes dispuestos a seguir este camino, pero necesitamos reforzar mucho el proceso de la formación”.
“Muchas veces, ante una sociedad superficial o que se inclina por una vida relajada, el sacerdote debe ser íntegro, austero, verdaderamente testigo en una vida limpia, en una vida pobre y en una vida fiel hasta la muerte”.
Con voz pausada y firme: “Hoy día, tristemente, los jóvenes tienen miedo de compromisos definitivos. Yo creo que tanto los que se casan como los que se consagran a Dios deben tener en cuenta, con la ayuda del Señor, que es posible mantener un “sí” toda la vida y, en ese sentido, yo doy gracias a Dios que a través de estos últimos 15 años he ordenado ya 140 sacerdotes diocesanos y algunos religiosos que en su inmensa mayoría están trabajando de manera positiva y que son ejemplo para los jóvenes”.
Con un mensaje muy especial para la población de la región sureste del estado de Guanajuato y, de manera particular, para los acambarenses, expresa: “Que haya más solidaridad. Sabemos que el problema de la economía necesita no sólo de que el gobierno dé facilidades sino que haya también un sentido de cooperación, de unión, de colaboración, también de parte de quienes puedan invertir y ofrecer empleo. Y de quienes pueden capacitar a los jóvenes para desarrollar un trabajo dignamente remunerado”.
Y concluye: “Ojalá que con el consenso de gobernantes, empresarios, políticos, educadores, se pueda superar esta crisis que, debemos confiar, sea pasajera”.